Esto es para todas las chicas que piensan y aman demasiado

Esto es para todas las chicas que piensan y aman demasiado

No puedes enviar un mensaje de WhatsApp sin leer lo que escribiste tres veces.

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No puedes salir de casa para una primera cita sin cambiarte de ropa tres veces.

Te toma mucho tiempo tomar una decisión porque quieres que sea la decisión correcta.

Luchas por disfrutar el momento. No eres el tipo de persona que se divierte en las fiestas. Eres la persona que organizas la fiesta, asegurándote de que todos estén bien alimentados y divirtiéndose.

Puede que te odies por pensar demasiado. Podrías considerarlo uno de tus mayores defectos. Es posible que desees ser más relajada y capaz de seguir la corriente.

A pesar de que tu pensamiento excesivo podría causarte más estrés del que te mereces, no es del todo malo. Viene de un buen lugar.

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La razón por la que piensas demasiado es porque amas demasiado.

Cuando conoces a alguien que captura tu corazón, no puedes quedarte a medias. No puedes darles un poquito. Les das todo. Los conviertes en una prioridad. Pones todo tu esfuerzo en hacerlos felices.

Complaces a la gente. Es por eso que pasas tanto tiempo pensando qué decirle a tu pareja, dónde encontrarte con ella, qué regalos comprarle, cómo impresionar a tu pareja.

Harás cualquier cosa por los que amas. Tu principal objetivo es hacerlos felices. Te importa más si se están divirtiendo que si te estás divirtiendo tu.

Amas mucho. Amas sin ocultar nada.

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Te tomas las relaciones en serio. No te gusta nada casual. Quieres un amor verdadero. Un amor de por vida.

La razón por la que piensas demasiado es porque te preocupas demasiado. Quieres enviar el mensajes de texto perfecto porque te preocupas por hacer sonreír a la otra persona cuando lea las palabras. Quieres planear la cita perfecta porque te preocupas por darle a la otra persona un buen momento.

No quieres hacerle perder el tiempo a nadie. No quieres darles menos de lo que se merecen. Quieres mimarlos. Quieres malcriarlos.

Piensas demasiado porque te importa más de lo que jamás admitirás.

Por supuesto, a veces, el pensar demasiado puede convertirse en algo peor. Puede hacer que te sientas como si fueras inadecuada. Puede hacer que te cuestiones a ti misma. Puede hacerte sentir que todo lo que haces está mal.

Puede que odies tu pensamiento excesivo por preocuparte si eres aburrida, si eres molesta, si no eres lo suficientemente buena. Parte de tu pensamiento excesivo tiene que ver con la inseguridad. Tiene que ver con la necesidad de amarte, respetarte y aceptarte más a ti misma.

Pero la otra mitad tiene que ver con el amor. Nunca haces nada a medias. Nunca te ha gustado alguien un poco. Los amas con cada pedacito de ti. Los amas más de lo que te amas a ti misma. Y cuando amas tanto a alguien, quieres amarlo bien.

Fotografía: Aljoscha Laschgari


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