7 Circunstancias que pueden hacer que las personas buenas se vuelvan malas

7 Circunstancias que pueden hacer que las personas buenas se vuelvan malas

La buena gente tiene suerte. Muchos de ellos no saben que están a un desafortunado suceso de volverse malos. Aquellos que sí lo saben pueden fortalecer su bondad para que, si surgen circunstancias desafortunadas, no sean tan rápidos en traicionar sus principios.

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Para aquellos de vosotros que os preguntáis cuáles son estas circunstancias que pueden volver malas a las personas buenas, hemos elaborado una lista de siete. No se trata en absoluto de una lista completa, pero contiene situaciones que, en nuestra opinión, provocan la mayor parte de los cambios morales. Para las personas que “van por el camino equivocado”, el camino comienza a menudo por una de estas causas.

1. Tragedia
Cuando la tragedia te golpea a ti o a alguien cercano, es difícil no culpar a algo – o a alguien – incluso si nadie tiene la culpa. Una persona puede enfadarse con personas que no lo merecen. Además, cuando una persona se ve a sí misma como víctima de una tragedia, puede sentirse justificada de tratar mal a las personas que no han sufrido como ellos.

2. Pobreza
Cuando una persona es pobre y tiene hambre, no hay medida demasiado extrema que no pueda tomar. Una persona en esta situación se vuelve más cercana a un animal. La vida se convierte, para ellos, en pura supervivencia. Por lo tanto, pueden confiar en el robo o, peor aún, la agresión.

3. Adicción
La dependencia en cualquier cosa, especialmente en las drogas, puede hacer que una persona traicione su moral para mantener su comodidad. Una persona cuya vida gira en torno a la obtención de su dosis es capaz de hacer cualquier cosa – y nos referimos a cualquier cosa – para continuar con esa adicción. La adicción controla la vida de una persona, y la adicción, si fuera una persona, no sería agradable.

4. Superioridad moral
Cuando haces una buena acción, puedes sentirte moralmente superior a muchas personas. Y tal vez, por un tiempo, realmente lo eres. Pero aquellos que se sienten moralmente superiores a menudo no se mantienen moralmente superiores. De hecho, esta es la norma. La “licencia moral” es un fenómeno que ocurre cuando las personas que hacen buenas obras se sienten justificadas para hacer malas obras. Esencialmente, para muchas personas, la moralidad es un acto de equilibrio. Así que si alguien dona a la caridad antes de encontrarse a una persona sin hogar, es muy probable que ignore al mendigo, porque ya ha cumplido su cuota de “bondad”. La licencia moral ha sido probada en estudios tras estudios.

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5. Abuso
El abuso es un círculo vicioso. Las personas que han sido maltratadas a menudo abusan de otros en el futuro. El abuso puede significar violencia, manipulación, discriminación o cualquier explotación no consensuada por otros para satisfacer los propios deseos. Sin embargo, muchas personas que son maltratadas prometen no abusar nunca debido a la intensidad de su sufrimiento. Esta gente noble rompe el ciclo.

6. Posesión ideológica
Las causas políticas y éticas pueden ser intoxicantes. Toda persona quiere sentir que está contribuyendo al mejoramiento de la sociedad, lo que significa que muchos de ellos se suscribirán a ideologías que se identifican como promotoras del “bien mayor”. Sin embargo, el bien mayor de una persona siempre estará en conflicto con el bien mayor de otra persona. ¿Y cómo de “grande” es lo bueno si te impide ver a las personas como personas y sólo obstáculos que se interponen en el camino de tu meta? La gente que está poseída por ideologías pone un ideal moral por encima de los actos morales.

7. Riqueza
La pobreza es un extremo del espectro de la degradación moral; la riqueza es el otro. Ambas circunstancias pueden causar que la gente buena se convierta en mala. Cuando una persona es rica, lo que significa que tiene todo el dinero que necesita, puede interpretarlo como engreimiento en lugar de suerte. Tales personas, creyendo que trabajaron más duro o más inteligentemente que otros que no tienen la misma riqueza, son susceptibles de ver cada historia de mala suerte como un cuento de precaución sobre la pereza. De hecho, estas personas pueden haber trabajado duro por su dinero, pero las circunstancias, como siempre, tienen una mayor participación en su prosperidad.

La gente puede pasar por todas las situaciones anteriores y seguir siendo buena, pero es mucho más difícil seguir siendo buena cuando uno es desafiado de esa manera. Ser malo en estas circunstancias es fácil; ser bueno requiere el valor de caer y no querer que otros caigan también.

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Fotografía: Andrii Podilnyk


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