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7 Hábitos que pueden dañar una relación

7 Hábitos que pueden dañar una relación

Cualquiera que haya estado alguna vez en una relación comprometida sabe que se necesita un poco de trabajo para que todo funcione sin problemas. Y aunque nos apresuramos en declarar que cosas como mentir, engañar o maltratar son causas que acaban con las relaciones, es posible que no nos demos cuenta de otras pequeñas cosas que están dañando lentamente nuestra relación.

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¿Quieres saber qué hábitos podrían estar afectando tu relación? Aquí hay siete hábitos que podrían acabar con tu relación.

1. No escuchar
Si las cosas que le dices a tu pareja le entran por lo general por un oído y le salen por el otro, tu relación podría estar en peligro. Es comprensible si tu pareja ha tenido un día duro o tiene muchas cosas en la cabeza. Pero si cada afirmación es recibida con una mirada perdida, o si cambia de tema inmediatamente, es posible que tu relación no dure.

2. No dedicar tiempo
Todos tenemos una variedad de cosas en nuestras vidas que demandan nuestra atención. Pero cuando estás en una relación, es importante que dediques tiempo a tu pareja, sin importar lo ocupado/a que estés. Aunque tu pareja no tiene que ser tu primera prioridad, debes hacer al menos un esfuerzo para pasar tiempo de calidad con ella cuando puedas. De lo contrario, se corre el riesgo de que os volváis extraños el uno al otro.

3. Falta de afecto
Una falta de afecto no siempre significa una falta de afecto físico en la relación. Cada persona tiene un lenguaje de amor diferente, es decir, la forma en que expresa y entiende el amor. A algunos les pueden gustar las palabras de afirmación o recibir regalos. Otros pueden preferir tiempo de calidad o acciones. Todo depende de lo que tú y tu pareja necesitéis. Si alguno de vosotros siente que sus necesidades emocionales no están siendo satisfechas, el resentimiento puede crecer y matar la relación.

4. Quedarse atrapado en una rutina
Las relaciones a largo plazo son geniales, pero a veces se pueden sentir rancias o aburridas. A medida que tú y tu pareja os sintáis más cómodos el uno con el otro, lo más probable es que desarrolléis una rutina. Saber que verás una película todos los domingos o que tendrás una cena los viernes por la noche cada dos semanas puede convertirse en algo monótono. Hacer cosas nuevas y emocionantes el uno con el otro puede ayudar a mantener la relación fresca y evitar quedarse atascado en una rutina.

5. Problemas de agresividad
Si tú o tu pareja recurrís rápidamente a la ira por el más pequeño de los problemas, podría ser perjudicial para vuestra relación. Volverse agresivo de inmediato cuando surgen problemas o atacar a tu pareja en lugar de tratar de discutir el asunto con calma puede hacer que digas cosas que no quieres decir. Es importante que te pongas en el lugar de tu pareja y que te comuniques abiertamente para evitar que la relación se dañe aún más.

6. Comportamiento de control
Si tú o tu pareja estáis controlando, probablemente se deba a miedos o inseguridades sin resolver. Ser demasiado controlador es una de las maneras más rápidas de terminar una relación, así que si este es tu problema, trata de discutir tus inseguridades con tu pareja. Vosotros dos debéis encontrar una manera de llegar a un acuerdo para que haya más seguridad para ti y libertad para el/ella.

7. Expectativas poco realistas
Todos entramos en una relación con varias expectativas de cómo van a ir las cosas. Puedes esperar que tu pareja pague una cierta parte de las facturas, que haga una cierta cantidad de tareas domésticas o que te trate como si fueras su primera prioridad. Si bien estas no son expectativas poco realistas por sí solas, todo puede sumarse eventualmente, haciendo que tu pareja sienta que nunca podrá darte lo que deseas. Es necesario que haya límites saludables establecidos para que tú y tu pareja evitéis sentiros restringidos o atascados.

Estos hábitos seguramente pueden llevar a una relación a su fin, pero no es demasiado tarde para cambiar las cosas ahora que eres consciente de todo ello. Si quieres salvar tu relación, trata de hablar con tu pareja abiertamente, honestamente y sin juzgar. Y no tengas miedo de ver a un terapeuta de parejas si tus problemas requieren un poco más de atención.

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