11 maneras en las que te destruyes todos los días

11 maneras en las que te destruyes todos los días

Todos somos humanos y ser humano significa que cometemos muchos errores todos los días. Si bien lleva mucho tiempo y esfuerzo construirnos, también tendemos a hacer cosas que nos destruyen y tendemos a hacerlas inconscientemente. Tenemos ciertos hábitos, ciertas actitudes y ciertos pensamientos que no aumentan nuestro bienestar, sino que nos hacen más débiles y menos seguros de nosotros mismos.

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Aquí tenemos una lista de 11 cosas que la mayoría de nosotros nos hacemos a nosotros mismos y por las cuales terminamos sintiéndonos peor con nosotros mismos.

1. Dudar de sí mismo

Todos somos imperfectos y la vida se trata de avanzar hacia la mejora y vivir en busca de la perfección. Pero en lugar de tratar de ser mejores, nos dejamos llevar por la duda y cuestionamos nuestras propias capacidades todo el tiempo. La duda en sí mismo conduce a una disminución de la confianza en sí mismo y a un rendimiento deficiente, lo que a su vez reduce aún más nuestra autoestima.

2. Comparaciones constantes

Somos criaturas de comparación. ¿Alguien tiene un coche mejor que el mío? ¿Es la vida de otra persona mejor que la mía? ¿Por qué alguien tiene más éxito que yo? Estas son algunas de las preguntas más comunes que tenemos en nuestros pensamientos. Unos pensamientos que no sólo no nos dejan crecer sino que nos hacen aún más débiles mentalmente.

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3. Metas poco realistas

Nos fijamos objetivos poco realistas. A veces sobreestimamos nuestras capacidades y tratamos de hacer cosas que realmente están más allá de nuestras capacidades. Cuando esto sucede, estamos destinados a fracasar y este fracaso debilita aún más nuestra confianza y nos hace dudar aún más de nosotros mismos.

4. Obsesionarse

Muchos de nosotros nos obsesionamos con cosas o personas y esta obsesión se apodera de nuestras mentes y almas. Enamorarse obsesivamente de alguien, por ejemplo, puede ser realmente perjudicial y si ese amor no es correspondido, nuestra obsesión puede fácilmente convertirse en resentimiento. Y el resentimiento añade negatividad a nuestras vidas que no es fácil de eliminar.

5. Autocompasión

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Tenemos la mala costumbre de compadecernos de nosotros mismos. Puede ser una ruptura, un fracaso en los exámenes, no ser promovidos en el trabajo, etc., pero el hecho de que no hayamos conseguido algo nos hace actuar como víctimas. En lugar de prepararnos y luchar de nuevo, culpamos a nuestro destino y lo maldecimos, sintiéndonos más débiles con cada juicio que emitimos sobre nosotros mismos.

6. Juicio propio excesivo

Reflexionar sobre los pensamientos es algo bueno, contemplar nuestro propio comportamiento es excelente, pero no nos detenemos ahí y tratamos de juzgarnos a nosotros mismos. ‘No soy lo suficientemente bueno’, ‘No soy capaz’, etc. son algunos de los juicios negativos que nos transmitimos a nosotros mismos y que terminan haciéndonos sentir tan mal que nuestra moral y nuestra ansiedad se filtran.

7. Falta de fe en nuestros propios cuerpos

Muchos son extremadamente paranoicos con nuestra apariencia. Estar cómodos en nuestros cuerpos es algo que aprendemos a medida que maduramos, pero muchos de nosotros no nos aceptamos a nosotros mismos por lo que somos. Esta falta de autoaceptación significa que no nos damos la confianza que nos debemos a nosotros mismos y que terminamos sintiéndonos amargados y deprimidos.

8. Malos hábitos

Nuestros hábitos nos definen en gran medida y tenemos muchos malos hábitos que nos mantienen atados. Puede ser cualquier cosa, desde una mala dieta hasta fumar o dejar las cosas para más tarde, pero el hecho es que estos malos hábitos no nos permiten alcanzar nuestro verdadero potencial, lo que nos debilita día a día.

9. Alejar a las personas importantes

Tenemos la costumbre de dar por sentada a la gente. Siempre nos sentimos atraídos hacia aquellos que no podemos tener y terminamos alejando a aquellos que nos aman. Esto hace que la gente se aleje de nosotros y nos encontramos solos cuando más los necesitamos. Empujar a los que nos aman es algo que hacemos inconscientemente y que realmente duele a largo plazo.

10. No hay prioridades bien definidas

No todos tenemos una mente clara respecto a nuestros pensamientos y bien organizada. No todos nosotros somos capaces de comprender nuestras prioridades y de atenernos a ellas. La mayoría de nosotros estamos desorganizados y terminamos gastando más tiempo y esfuerzo en cosas que pueden no tener valor en comparación con las que sí lo tienen.

11. Alimentamos nuestras propias inseguridades

Somos excelentes para alimentar nuestras propias inseguridades. “¿Me veo gorda? Debo estar gorda. Todo el mundo me odia“. Este es el tipo de conversación mental que tenemos a menudo y en lugar de abordar nuestros propios problemas, terminamos agravándolos. Con una simple afirmación como ‘No soy lo suficientemente bueno‘, terminamos destruyendo nuestra confianza y lo hacemos casi todos los días.

Fotografía: Nel Mel


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